Hola, querido amigo Gonzalo Jiménez de Quesada y Rivera: ¿Dónde estoy? 1ª Estoy en un lugar cuyo nombre ya existía antes de la llegada hasta mí de los nuevos señores, puesto que en su tierra ya tenían una ciudad con este... Soy denominado con un nombre, pero en realidad tengo otro... Gracias a mí, en muchas ocasiones, pudo salvarse esta ciudad... Ya no te digo más, porque tendría que decirte quien soy... 2ª Verás, en 1984, la Unesco incluyó el centro histórico de la ciudad en la que me encuentro, el conjunto de sus fortificaciones y a mí mismo dentro de la lista de Patrimonio de la Humanidad. Se me considera una de las siete maravillas de mi patria, reconocimiento que me acredita como una de las más grandes estructuras construidas en mi país. También formo parte del patrimonio histórico y cultural de mi tierra, según el Ministerio de Cultura... Y para que no estés dando vueltas como un loco por todo mi territorio, te diré que mi nombre es el de uno de los apóstoles... Ahora, busca y encuéntrame... 3ª A lo largo de toda mi historia, he sufrido varias remodelaciones con el fin de evitar mi deterioro y mantener conservado un monumento importante, no solo para el pueblo donde estoy levantado, sino también para toda mi patria que es Colombia... Y, me callo, puesto que quiero recibir a mis dos exploradoras trotamundos, las intrépidas aventureras Graciela Marta y René... 4ª Mi construcción dio comienzo en 1536 por militares españoles y esclavos africanos. Fui erigido con materiales propios de la época, como el ladrillo y la roca, y mi ubicación geográfica (colina de San Lázaro) obedecía a una estrategia militar, debido a la excelente elevación del terreno (cuarenta metros sobre el nivel del mar). Gracias a esta considerable altura, se divisaba cualquier movimiento del enemigo y por consecuencia, se maximizaba el tiempo de reacción ante cualquier intento de invasión. Mi edificación supuso la protección de la ciudad de Cartagena de Indias contra los ataques de los franceses comandados por de Pointis en 1697 y de los ingleses liderados por Edward Vernon. En 1741 al jefe inglés se le encomendó la misión de atacar y destruir la ciudad acompañado de una tropa que excedía los 27 000 soldados, junto con 186 buques y 2000 cañones, mientras que el militar español Blas de Lezo (su verdugo y protector de la ciudad) se defendió solo con 3600 hombres y seis buques... Y, en este caluroso día de julio han llegado hasta aquí arriba para visitarme Fernando, Mayen y Luis María... 5ª Fui construido por los españoles como un fortín inexpugnable, sinónimo de poder y supremacía. El entonces gobernador de la ciudad de Cartagena, Francisco de Murga, fue el responsable de adquirir los fondos necesarios para mi edificación, por lo que en 1656 se iniciaron las obras. Pedro Zapata de Mendoza, quien se desempeñaba como gobernador del departamento de Bolívar en aquella época, estuvo al frente de mi construcción, mientras que al ingeniero Ricardo Carr le fue encargada la elaboración de mis planos. Durante el levantamiento me instalaron ocho cañones y cuatro artilleros como mecanismos de defensa; también estaba custodiado por veinte soldados. Sin embargo, sufrí varios desperfectos luego de que en 1697 fuese atacada por el barón de Pointis. Con el transcurrir del tiempo, mi enorme estructura fue objetivo de múltiples remodelaciones. Además de los ocho cañones originales, me instalaron otras cincuenta y cinco piezas para completar un máximo de sesenta y tres cañones, todos acondicionados con su propio cuerpo de artilleros, luego de que el militar Antonio de Arévalo emprendiera las labores a mediados de 1762. Según una leyenda, en varias partes de mi edificación se utilizó sangre proveniente de animales y personas, ya que el líquido viscoso servía para labores propias de la construcción, un hecho que después fue constatado por varios profesionales de la ingeniería. Mi construcción obedeció en gran parte a una estrategia militar, no solo por el posicionamiento estratégico, sino también por la mayoría de métodos defensivos utilizados en aquella época. Las paredes exteriores que conforman y rodean mi enorme estructura de piedra se edificaron de manera oblicua con el objetivo de contrarrestar los ataques de los adversarios. Debido a mi imponente estructura y la forma geométrica en que fui edificado, se me considera una de las más grandes obras construidas en todo el continente de América... Por este motivo, amigo viajero, si quieres venir, aquí te espero... 6ª Es tu última oportunidad de venir a visitarme, pero, con lo que ahora te voy a contar, tal vez me encuentres..Verás, mi edificación tuvo un costo aproximado de 13 235 pesos de oro y la culminación de las obras se dio en 1798, después de un arduo trabajo que duró más de tres décadas. Mi fortaleza se encuentra localizada en el cerro de San Lázaro, nombre con el que se me conocía anteriormente. A diferencia de otras edificaciones del país, yo soy el único monumento de Colombia declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, debido a mi imponente y completa arquitectura colonial. Aunque fui construido hace mucho tiempo, todavía se conservan mis baterías, las garitas, el aljibe, las residencias y los túneles subterráneos que fueron utilizados como resguardo. En mi parte subterránea también se encuentran unos cuartos especiales donde se puede albergar a más de trescientas personas. Se me construyeron por lo menos siete baterías: San Lázaro, Santa Bárbara, la Redención, San Carlos, los Apóstoles, la Cruz y el Hornabeque, todas distribuidas estratégicamente. También presento una arquitectura clásica de la época militar española, donde se encuentran gran cantidad de plazuelas localizadas en varias partes de mi estructura y varias garitas que muestran un estilo renacentista. Mis paredes son altas y extensas, se evidencian también gran cantidad de corredores y de sitios edificados estratégicamente como resguardos y túneles de más de 600 metros de longitud. El gramaje es otro de los aspectos distintivos de mi fuerte, debido a que se encuentra abundantemente en la parte exterior. Gran parte del césped ha revestido diversos sectores y áreas de mi recinto como las almenas y los paramentos... Solo queda una cosa... que me digas mi nombre y entrarás a formar parte del parnaso de visitantes de estos viajes...

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